Las nuevas tecnologías aprenden a una velocidad inusitada, tanto que entrenar a robots que sostienen conversaciones con naturalidad y coherencia humanas...
Queda la sensación de siempre: mientras los avances tecnológicos van al galope, la comprensión y la posterior regulación marchan sobre arena y en ojotas. “Estamos por el camino de reemplazar lo humano en varios aspectos, y van a surgir trabajo nuevos que tienen que ver ya no con cuestiones operativas, sino con el uso de la razón y la manipulación de herramientas. Bajo esta premisa, desde Open AI, ya lanzaron Chat GPT plus: una versión de pago, a priori mejor calibrada que la anterior y que ya está disponible en Estados Unidos. La inteligencia artificial, algunas veces de manera subrepticia y otras de forma más explícita, transforma el mundo. El chat no tiene voluntad de chequeo de la veracidad de lo que comparte, sino de reunir información y responder a partir de ello. Claro está, la herramienta podría servir para resolver trabajos engorrosos vinculados a la búsqueda de información y una redacción más o menos potable en cuestión de segundos. No obstante no llega al nivel de error que tuvo Bard, la solución de Google”. La he probado en diferentes momentos y muchas veces no carga o no sincroniza bien con la información que se pide. Frente a ello, desde la compañía argumentan --con razón-- que la red neuronal mejorará a medida que los usuarios la entrenen y las respuestas que brinda puedan calibrarse de acuerdo a los contextos dados. Como los diálogos parecen más naturales, llaman más la atención”, opina Natalia Zuazo, especialista en política y tecnología, y consultora de Unesco. Sin embargo, su principal ventaja reside en su aparente precisión, en la medida en que es capaz de responder preguntas y brindar información sobre un abanico de tópicos, en tiempo real, y con un lenguaje amable y coherente; tanto que por momentos parece imitar una conversación humana. Aunque parezca descabellado que una nueva tecnología pueda destronar al gigante de las letras coloridas, lo cierto es que Google ya se dio por aludido y anunció, a través de su firma Alphabet Inc, el lanzamiento de “Bard”, su propio chatbot inteligente.