Josef Mengele realizó atroces experimentos con los prisioneros de Auschwitz donde era médico, estaba obsesionado por los gemelos, inyectó químicos en los ...
[Cuáles son las recomendaciones de los expertos para afrontar la enfermedad junto a un ser querido ya sea en casa o en el hospital. No figuraba en la lista de los SS buscados y no se había hecho el tatuaje ritual en la axila, con su número de identificación y su grupo sanguíneo. El comando del Mossad partió de Argentina sólo con Eichmann a bordo del primer avión de El-Al que había llegado días antes al país, con la delegación diplomática israelí a los festejos del Sesquicentenario de la Independencia. En 1959 Alemania pidió a Argentina la extradición del criminal de guerra nazi que había cometido un yerro de arrogancia: años antes había viajado a Alemania con su identidad falsa pero legítima, visitó su pueblo y la empresa de maquinarias de su padre. En una de las actas manuscritas, hay un borrón interesante; es en la que habla del hijo en común con su primera mujer: el empleado había anotado el nombre real de Mengele: Josef. La historia le fue narrada a Uki Goñi, uno de los profesionales que mejor investigó la presencia de los nazis en Argentina, por el periodista Tomás Eloy Martínez, que reporteó en profundidad a Perón en su exilio en España, en 1970. Una refiere a la necesidad que en los años veinte, que siguieron al fin de la Primera Guerra Mundial, tenía la sociedad alemana de un caudillo que “salvara a Alemania ante un gobierno mentiroso y corrupto y un sistema de partidos asentado sobre la miseria económica, la división social, el conflicto político y el fracaso ético”. Sus experimentos incluyeron la inoculación de la bacteria del tifus en uno de los hermanos; luego hacía transfusiones de sangre de uno a otro para ver los resultados, la posibilidad de contagio, la evolución del mal. Era un fanático de la genética, todavía en pañales en los años de la Segunda Guerra. El ahogado, un criminal de guerra nazi, clandestino, usaba uno de sus nombres falsos, Wolfgang Gerhard, con el que fue a la morgue y a la autopsia. Mengele inyectó diferentes químicos en los ojos de miles de chicos a los que seleccionaba para sus experimentos antes de que fueran de manera inmediata a las cámaras de gas ni bien bajaban de los trenes que los habían deportado de sus países. Usó a miles de seres humanos como cobayos a los que luego derivaba a las cámaras de gas: les amputaba brazos o piernas, o brazos y piernas, para intentar injertos o trasplantes que terminaban en gangrena y muerte.