El registro actoral de Sbaraglia, que pocas veces estuvo tan bien como acá, juega a un tipo de sobriedad extrema, que contrasta con varias acciones ...
No se trata de un juicio moral, sino de otra cosa: de describir un carácter que no es ni ejemplar ni aleccionador, sino excéntrico, a veces egoísta, pero también dueño de una moral. Allí se ve tanto la mayor oscuridad de la responsabilidad de Álvaro como su ética personal de entender las consecuencias de sus actos y admitir estoicamente que no puede pertenecer allí. Pero también se ve allí que este hombre, miembro de las grises tropas de los oficinistas, es en realidad un excéntrico que quizás no esté tan enamorado del marketing como de la adrenalina del riesgo, que es en el fondo un aventurero con todos los peligros que eso puede conllevar. Desde este punto de vista, uno de los elementos más habituales de El gerente es que no deja de hacerse cargo de que la apuesta de Álvaro es en el fondo peligrosa e irresponsable. Como dice el tango, hay algo de raro, como encendido en esta película detrás de su apariencia convencional. Pero hay algo más que marca la actuación de Sbaraglia, porque me atrevería a decir que ese juego hacia lo contenido es lo que marca una parte importante de la estética de esta película. Su ropa es quizás una de las formas más contundentes que tiene la película de expresar eso que una cara más caracterizada por reprimir emociones que por expresarlas no hace. De su estilo “Rotary Club”, que muestra a alguien atado a un comportamiento que viene arrastrando hace demasiado tiempo, pasando por su breve vestimenta de ridícula modernidad, que muestra su intento forzado de encajar en una edad que no es la suya. Al segundo de decir esto, en un plano general ubicado desde atrás de una ventana, se escucha cómo su halter empieza a acelerarse frente a una reacción discretamente sorprendida de Álvaro. Un ejemplo claro tiene que ver con el momento en el cual Álvaro tiene su primera internación por un pico de presión tras tomar Absenta. De ahí que sea tan importante en la película la vestimenta que usa su protagonista. Su forma de pararse frente a las cosas y los cambios que va teniendo a lo largo del relato tienen que ver no pocas veces con la forma en la que va cambiando sus pantalones, sacos o remeras.