Ocurrió el 23 de junio de 1968, en la cancha de River. Tres teorías para un incidente que nunca terminó de esclarecerse.
En el escrito, los abogados argumentaron el hartazgo de sus representados: “Una justicia tardía ya nada repara y resulta carente de sus atributos más precisos y esenciales”. Pero a fines de noviembre la sala VI de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, integrada por Raúl Munilla Lacasa, Jorge Quiroga y Ventura Esteves, sobreseyó definitivamente a ambos y les levantó el embargo. En la correspondiente a la puerta 12, a la que se llegaba tras recorrer una serie de escaleras y descansos, ocurrió un incidente que nunca terminó de esclarecerse. Tampoco faltaron quienes sostuvieron que el incidente se había sido desencadenado por el violento accionar de la Policía Montada, en tiempos en que la dictadura de Juan Carlos Onganía no ahorraba palos. El viernes, en el hospital Fernández, falleció Julián Fieldman, de 16 años, la 71ª víctima. La muerte de César Gustavo Regueiro, ocurrida el jueves durante la violentísima represión de efectivos de la Policía bonaerense contra simpatizantes de Gimnasia durante el partido ante Boca, se incorporó a una lista de víctimas fatales en espectáculos deportivos que ya superó largamente los tres centenares en un siglo.
La muerte de Lolo Regueiro es una tragedia. Sin dudas. El jueves, el casi centenario estadio escenario de mil batallas y de cientos de partidos tan o más ...
En la ambulancia, las mascarillas de oxígeno no daban a basto y pasaban de cara en cara. ¿Qué pasa por la cabeza de un policía que con la gente tratando de salir tira una granada de gas por debajo de los portones hacia adentro, a gente que quería irse a su casa, que solamente quería una bocanada de aire? Flashes de la noche del pánico: Oscar Piris buscando a su hijo de un año y meses en la platea. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Y detrás de las puertas y los muros, más gases y balas de goma. El Bosque fue un contagio de Saigón, pero nuestro Apocalipsis now fue entre eucaliptus y humo de choripán y no hubo un coronel Walter Kurtz, sino miembros de los organismos de seguridad con obediencia debida a rajatabla sin sentido común y que convirtieron el Bosque en una trampa mortal.