Presentamos la historia de un miembro de la Armada Argentina que supo abrazar su profesión en el ámbito naval y destacarse como pionero en Misiones de Paz en el ...
Tal es el caso de la labor durante la Campaña Sanitaria Fluvial que se realiza anualmente en el litoral argentino, donde los odontólogos de la Armada tienen la oportunidad de llegar a los pueblos y localidades más alejados de los centros urbanos. El personal de Sanidad Naval se desempeña en variados ámbitos, además del exclusivamente hospitalario. “Como buen cordobés, no puedo olvidarme de la música con la cual nos identificamos en cualquier parte del mundo, que es el cuarteto”, sonrió, y habló de su otra pasión, el fútbol, que practica desde los 9 años: “El fútbol es mi distintivo, jugué en clubes como Talleres de Córdoba e Instituto de Córdoba, hasta que la vocación tiró más fuerte y me dediqué a estudiar. La experiencia adquirida en el terreno fue fundamental durante su participación en el Contingente Argentino de Haití I, que no estuvo exenta de múltiples desafíos y situaciones humanitarias extremas. “Las atenciones a los pacientes iban desde alguna herida hasta cirugía por amputaciones, pasando por partos y heridos con arma de fuego; en ocasiones, realizaba alguna extracción dental”. Es así que, para el odontólogo naval, “la Armada es una gran familia, donde uno aprende y se entrega, para toda la vida, a una cultura marinera llena de tradiciones”. Lo más atractivo de la vida naval, reflexiona, “es poder vivir experiencias que no están al alcance en otro ámbito. “Cuando pidieron voluntarios para una comisión al exterior me postulé y fui Ayudante del Servicio de Odontología en Kosovo I”. “Embarcar en la Embajadora de los Mares fue muy emocionante; conocer personas, lugares, costumbres e historias en cada puerto. Raúl rememora aquellos momentos como “los que moldearon mi personalidad, forjaron los cimientos de mi especialidad en cirugía, y mi dedicación a brindar enseñanza relacionada con los cuidados intensivos”. Destacó que durante ese viaje pudo conocer las Torres Gemelas y no olvidará su visita al Vaticano, ante la presencia de Juan Pablo II. Oriundo de la capital cordobesa, tiene 56 años y 27 los vivió en la Armada.