La escasez de los cromos de Panini crea filas interminables, un mercado negro y escenas de violencia en Buenos Aires.
[Suscríbase aquí](https://plus.elpais.com/newsletters/lnp/1/346) a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región. Julio, el dueño de la juguetería de Villa Urquiza, muestra en su celular el mensaje que recibió de su proveedor habitual de figuritas: “La recepción de mercadería no presenta ninguna mejora. “En una caja de 1.000 sobres me vinieron cuatro y en otra seis”, dice. El malestar llegó a la cámara que agrupa a los kiosqueros, que pidió la intervención del Gobierno. [ será el último mundial de Lionel Messi ](https://elpais.com/deportes/2022-08-08/messi-ignora-a-laporta.html)y hasta sueñan con que [ el equipo que viene de ganar la Copa América contra Brasil ](https://elpais.com/deportes/copa-america-futbol/2021-07-10/brasil-vs-argentina-la-final-de-la-copa-america-2021.html)en 2021 repita la historia este año en Qatar. La escasez inició una guerra entre los comercios minoristas y la empresa, a la que acusan de sumar como puestos de ventas a supermercados y gasolineras. Los grupos de whatsapp de padres y madres de colegio arden: “En el kiosco de Santa Fe y Coronel Díaz tienen figuritas. En internet se ofrece el cromo extra de Messi a 45.000 pesos (el equivalente a 300 paquetes), equipos completos a 8.000 pesos y 100 figuritas “sin repetir” a 14.000 pesos. Recuerda que la fiebre fue tal que los clientes intentaron romperle los vidrios de la marquesina cuando dijo que ya no tenía más sobres. El mensaje de Julio, el dueño de la juguetería ubicada en una esquina del barrio de Villa Urquiza, no da tiempo a pensar. La escasez de cromos es tan brutal que es posible que Juan tenga que esperar toda una semana para conseguir más. Sabe que el distribuidor de Julio también le vende al kiosco de la otra calle y hacia allí sale disparado.