A veinticinco años de la aparición sin vida del joven Emilio Blanco, de dieciséis años, en Chascomus, la incógnita sobre las causas y responsable.
Al mismo tiempo, un año antes, en 2014, el sargento Fermín Basualdo fue condenado y, tal como se desprende de declaraciones posteriores, sostiene estar preso fruto de oscuros hechos de corrupción, tal como se desprende del recurso de amparo presentado, presiones eclesiásticas y políticas, dado que dieciocho años después de la muerte de Emilio Blanco solo una testigo sostuvo haber visto a Basualdo en el lugar del hecho. Entre la muerte de Emilio Blanco y la de otro joven, también de apellido Gonzalía, llamado Marcos, solo pasaron diez días. El mismo fue hallado sin vida en un lavadero de autos de esa ciudad. Su historia terminó en octubre de 2016, cuando fue hallado sin vida por su madre en la casa en la que vivía, y se confirmó que se trató de un suicidio. El juicio por esta dudosa muerte, tal como se la caratuló en un primer momento, para luego sostener que se trató de un homicidio, demoró 18 años, hasta que recién en 2014, el sargento Fermín Basualdo fue condenado a prisión perpetua por ser coautor de torturas seguida de muerte. Cabe destacar que la familia Gonzalia lograba sobrevivir con mucho sacrificio, dado que tenía en total nueve hijos, y la ayuda de la iglesia se había vuelto de gran importancia. A veinticinco años de la aparición sin vida del joven Emilio Blanco, de dieciséis años, en Chascomus, la incógnita sobre las causas y responsables de su muerte permanecen.