Cuatro profesionales comparten las historias de los casos más complejos que debieron tratar - LA NACION.
Y agrega: “Fue un trabajo en equipo inmenso, que involucró a gran cantidad de personas que no se conocían y estaban trabajando articulada y espontáneamente en pos de ayudar al animal a poder regresar a un lugar seguro para alimentarse y guarecerse”. “Era un ejemplar macho que había sido visto deambulando en forma dificultosa por una zona rural poblada y que debido a los incendios tenía sus pezuñas quemadas”, destaca. Son casos muy duros, que me afectan de modo personal, pero entiendo que el primer paso para generar un cambio en la sociedad es la educación y difusión de las secuelas que deja el mascotismo”, concluye. “Esto nos obliga a estudiar continuamente y muchas veces a trabajar en conjunto con personas de otras especialidades para potenciar así nuestras capacidades y lograr que nuestros pacientes tengan una recuperación completa”, afirma. En el Día del Veterinario –que se celebra hoy en la Argentina y desde 1983 para conmemorar la primera clase que se dictó para estudiantes de esa carrera–, LA NACION comparte cuatro historias de profesionales que trabajan en el Hospital Veterinario de Fundación Temaikèn y que, habitualmente, reciben a animales silvestres rescatados, con distintas problemáticas, y trabajan en situaciones extremas para salvar sus vidas. “Es una prótesis de plástico, muy liviana y a la vez suficientemente firme para permitirle la prensión del alimento”, explica Zimmerman.